Arte en Zaragoza | Desde mi estudio de escultura

La consciencia de lo sagrado

Arte en Zaragoza | Desde mi estudio de escultura

Todo arte tiene que tener algo de primigenio.

Creo que el artista nace, no se hace, el arte nace en uno o no nace, se tiene que tener genes. Hay algunos que genéticamente son artistas y no crean una sola obra de arte en su vida. Y también está el arte conceptual que ha querido destruir la técnica y el oficio. Hay que saber dibujar antes de desdibujar y luego ya volar libre. Hay muchos artistas que se han introducido en lo abstracto o conceptual porque no saben dibujar o modelar un desnudo. Picasso nunca abandonó lo figurativo. Rothko o Pollock sabían dibujar antes de liberarse e introducirse en el expresionismo abstracto.

Soy un artista de la transtextualidad. Todo está dicho y lo único que hay que hacer es elegir las cosas que hay a nuestra disposición de las glorias artísticas, empezando por los artistas rupestres, la primera edad de la humanidad y crear tu propio estilo porque el artista necesita tener muchas virtudes, pintar bien o esculpir no es suficiente. Hay que tener que decir algo, hace falta un mundo interior, un idioma que no se haya utilizado antes, una grieta donde se pueda asomar el alma del artista.

Creo que el debate del artista frente a la obra es trascendental, tremendamente serio, vístase de cultura, de creencias religiosas, siempre tendrá entre manos cuestiones eternas como por qué estamos aquí, quiénes somos y qué hacemos. Siempre estamos purgando las eternas incógnitas del ser humano.

Mircea Eliade hablaba de lo numinoso, algo que es anterior a lo religioso, anterior a lo sagrado, con lo que tuvo contacto en algún momento de la historia primitiva el ser humano, que dio lugar a una impronta indeleble que aparece en todas las culturas: el encuentro con los dioses. Antropormizamos a los dioses porque son una extensión de nosotros mismos, sin embargo, esa cosa cercana a lo numinoso primordial, a eso que hubo en lo primitivo, en un primer momento de la humanidad eso ya no es humano, es extrahumano. La escultura que presento aquí, la consciencia de lo sagrado, representa el retorno a la belleza primigenia y el recuerdo de ese contacto con lo numinoso que nos cambió como especie.

La consciencia de lo sagrado